Felizmente las cosas que había pensado quedaron en mi mente. mi mundo se convirtió en la película que siempre quise haber protagonizado. Un agonizante cigarrillo cayó al suelo. Me di media vuelta y por primera vez le di la espalda, con los ojos cerrados. Empecé a caminar sin decir nada. Había que esperar que alguien dijera “espera” o algo así. Nada sucedió. No hay nada como caminar hacia delante, así “delante” sea cualquier dirección, sin mirar nunca hacia “atrás”. Siempre, atrás es todo lo que está detrás de ti y… ese es el mejor lugar donde debe estar.
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